La renuncia del presidente del
banco central, Juan Carlos Fábrega, hace recordar las peleas entre el Banco
Central y el Ministerio de Economía. El primero de ellos desea tener una tasa
de interés alta para evitar que los ahorristas e inversores se pasen al dólar aprovechando
un rendimiento lo más cercano a cero en términos reales para no perder
capacidad de compra. Del otro lado, el foco se centra en una tasa de interés
baja para evitar que se siga pronunciando la caída del nivel de consumo que se
viene dando en los últimos meses a causa de la inflación que viene erosionando
el salario. Dentro de este dilema, tasa alta o tasa baja, se encuentran acorraladas
las personas en busca de su primera propiedad.
Al momento de tasar un inmueble,
los propietarios miran el movimiento del dólar paralelo y las expectativas de
inflación, dejando de lado el precio oficial de la divisa estadounidense. Esto genera
un valor del metro cuadrado por encima de los 10 mil pesos como puede
observarse en las dos siguientes placas.
Un departamento en Capital, ronda
en promedio los 1700 dólares el metro cuadrado. Pensando en una unidad de 48
metros cuadrados, resulta un total de 81 mil dólares más gastos. En términos de
pesos, son cerca de 1 millón lo cual financiarlo a través de un crédito
hipotecario resulta casi imposible para jóvenes en busca de su primera vivienda.
Quien desea tomar un crédito hipotecario, tiene que pensar que el banco solo presta
el 50 por ciento y debe tener el 50
restante en efectivo. Respecto a la cuota, debe desembolsarse un total de 25
mil pesos por mes y contar con un ingreso mensual de 80 mil pesos. Quien cuente
con un ingreso mensual de esa magnitud, difícilmente necesite recurrir al préstamo.
Esto lleva a pensar, que los necesitados de financiamiento, difícilmente lleguen
a recibir esta ayuda financiera.
Para tener una idea de la evolución
de los préstamos hipotecarios, hay que remontarse 10 años atrás, donde se
destinaba el 6 por ciento del capital prestable al segmento de bienes inmuebles
mientras que en la actualidad solo se destina el 0.4 por ciento del total. No hay
créditos y la economía sigue deteriorándose. Los jóvenes siguen a la espera de
una solución que lleva décadas sin resolverse en la República Argentina.